Patio comparte crónica de la inauguración de la 17ª Muestra Internacional de Arquitectura de la Biennale di Venezia, realizada por el equipo curatorial responsable de Próximamente. Visiones desde el territorio mínimo, Federico Lagomarsino, Federico Lapeyre y Lourdes Silva.
El 22 de Mayo 2021, quedaba oficialmente inaugurada la Bienal con una frase de su director Roberto Cicutto que invitaba a la convivencia global y anunciaba de forma jocosa la ausencia de fiesta: No drink, no food, bajo estrictos controles sanitarios que incluian la realización de un test de antígenos cada 120 horas en una carpa instalada por la Cruz Roja en los accesos al Giardini y con el distanciamiento social como imperativo y respuesta paradojal a la premisa : ¿Cómo viviremos juntos? Interrogante propuesta como tema por el curador general Hashim Sarkis, quien en su discurso abogó por la necesidad de un nuevo contrato espacial que considere entre sus variables la política de los afectos: love, love and more love, hizo sonar el libanés atravesando el barbijo y el papel film que recubría su micrófono. Finalmente terminó por producirse este acontecimiento cultural , luego de dos suspensiones durante el 2020 y con dificultades y conflictos sanitarios, bélicos, económicos, políticos, sociales que fueron transversales a todos los países participantes, se daba así apertura a una experiencia que en la complejidad de su diseño y realización ensayaba sin lugar a dudas respuestas performativas a la pregunta que hiciera la curaduría general.
Se abrieron las puertas con pabellones finalizados y otros en construcción, como un prototipo de trabajo y convivencia de escala semi-urbana, en donde se produjeron estrategias de colaboración e intercambio que no requirieron de encuentros físicos, como lo fue la creación del Curators Collective – grupo independiente de países para reflexionar y colaborar en la bienal y fuera de ella-, las numerosas inauguraciones online y la bienvenida a varios países que participaban por primera vez como República Dominicana y Granada e Irak.
El diseño planetario, las visiones posthumanistas, el antropoceno, los capitalismos de plataformas, la crisis ambiental y la digitalización fueron algunos de los temas transversales. La proliferación de códigos QR, la incitación a reflexionar sobre algunas problemáticas en clave cibercultural y la ausencia casi total de materiales impresos e inclusive de guiones curatoriales, fueron gestualidades recurrentes que dieron cuenta de un novísimo contexto de producción y de recepción crítica del campo de la arquitectura y disciplinas afines, contenidos mediados por la utilización de celulares, pantallas leds, tablets, programas públicos no presenciales pero transmitidos y compartidos por streaming.
Próximamente. Visiones desde el territorio mínimo es el envío nacional de Uruguay a esta edición tan especial de la Bienal, que abriera las puertas del pabellón realizando una invitación muy particular, con una propuesta creada en su totalidad para esta instancia.
Desde el exterior y a la distancia, una circunferencia plateada busca la mirada, reflejando constantemente los colores del entorno y revelando la imagen de un espacio con una mesa y sillas, como una mirilla en la puerta del pabellón hacia su interior, una visión.
Al ingresar en la antesala, no se reconoce ni el título del proyecto ni el texto curatorial, ofreciendo sin embargo hipervínculos a toda la producción del envío y en uno de sus muros la siguiente inscripción:
Esta es una invitación a tomar asiento
A sumergirse en una conversación y ser parte de ella
en un momento en que la ’proximidad’ ha sido puesta en crisis
El interior de la sala propone una instalación inmersiva. La mesa blanca como arquitectura central, sus cuatro sillas y los muros despliegan un proyecto audiovisual y binaural en 360 grados que comparte una síntesis del rodaje de diez mesas de conversación, debates, monólogos y performance realizadas en Montevideo con la participación de más de sesenta personas de diferentes campos disciplinares y órdenes sociales, un recorte de episodios que abordaron diferentes temas en relación a la convivencia, el espacio y posibles futuros próximos.
De esta manera, Próximamente comparte en Venecia un ejercicio de convivencia e incita a la indagación y profundización de sus contenidos, una propuesta que procura ser un aporte a la disciplina, desde una agenda local con mirada global.
Ver a continuación la galería de imágenes de Próximamente
Fotografías: equipo curatorial.
El envío uruguayo a La Biennale Di Venezia se realiza por medio del Ministerio de Educación y Cultura, a través de la Dirección Nacional de Cultura y su Instituto Nacional de Artes Visuales junto al Ministerio de Relaciones Exteriores, la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo y Uruguay XXI.