La Plaza es un ciclo de notas sobre temáticas de relevancia para la comunidad de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), con el objetivo de compartirlas puertas adentro y difundirlas puertas afuera, y de aportar nuevas miradas a la esfera pública. Esta línea editorial, llevada adelante por el Servicio de Comunicación y Publicaciones de la FADU, procura poner en valor figuras, propuestas, actividades o prácticas académicas específicas de nuestras disciplinas que puedan convocar el interés de la sociedad en su conjunto.
Búsqueda del tesoro
¿Qué hay dentro de la casa donde vivieron dos referentes de la arquitectura nacional, Mauricio y Antonio Cravotto? Eso es lo que se está indagando desde la Universidad de la República hace algún tiempo. Además, se están llevando a cabo trabajos de restauración de la propiedad, para que el día de mañana pueda convertirse en un archivo casa-museo y un espacio de reunión para estudiantes del Grupo de Viaje de Arquitectura Rifa.
La casa-estudio denominada Kalinen está ubicada en uno de los extremos del Puente Sarmiento, en Parque Rodó. La Plaza fue hasta allí y conversó con quienes trabajan en ella: la archivóloga Eliana Torterolo y la arquitecta Soledad Cebey. También con Laura Cesio, arquitecta docente del Instituto de Historia (IH) de FADU y delegada de la Facultad en la comisión técnica asesora de la Fundación Cravotto.
Al ingresar a la propiedad se vive un viaje al pasado. En la primera planta, donde se desarrollaba el estudio de arquitectura Cravotto, todavía se conservan las grandes mesas de dibujo de madera, las banquetas donde se sentaban quienes dibujaban y gran parte del mobiliario original. Además, hay una gran cantidad de cajas y carpetas con documentación que está siendo cuidadosamente clasificada. Al subir por los tres pisos restantes de la propiedad, el viaje es al ámbito más privado de la familia Cravotto. Todavía se conservan utensilios de la vida cotidiana, adornos y gran parte de los muebles. También están los empapelados de las paredes que remiten a distintas épocas, así como artefactos lumínicos u otros objetos que incentivan ese traslado al pasado, como ser un gran crucifijo en el dormitorio principal.
Para que la casa pueda ser abierta al público está siendo inventariada y ordenada. Además de restaurada ya que, si bien se conserva en buen estado, teniendo en cuenta la falta de mantenimiento que tuvo, hay que hacerle importantes mejoras, como suele ocurrir con las casas que tienen más de noventa años.
Fue entre 1931 y 1932 que el arquitecto Mauricio Cravotto (1893-1962) construyó Kalinen, la casa donde vivió con su esposa Lina Schiavone, y sus hijos Antonio (1925-2000) y Matilde (de quien muy poco se sabe). Antonio permaneció toda la vida allí, incluso una vez casado vivió con su esposa Delma Menéndez Rigoli, quien fue la última familiar que habitó la propiedad y quien negoció su venta a la Universidad de la República (Udelar). Primero Antonio y Delma vivieron en el cuarto piso, donde hay un apartamento prácticamente independiente del resto de la casa, y una vez fallecidos Mauricio y Lina habitaron en el resto del hogar.
La arquitecta Cesio explicó que la Casa Cravotto fue adquirida por la Udelar en 2020, mediante la colaboración del Grupo de Viaje Arquitectura Rifa. «El objetivo era conservar una casa que se entiende tiene valores arquitectónicos destacados, pero al mismo tiempo tiene una cuestión particular y única, mantiene intacto y en su lugar, todo el acervo que pertenecía a los arquitectos».
Tanto Cesio como Torterolo y Cebey estuvieron de acuerdo en que las características que tiene el lugar son un «valor único» no solo a «nivel nacional, sino internacional». Valor que fue reconocido al declararla Monumento Histórico Nacional en 1989 y Bien de Interés Departamental en 1995. También con la posterior conformación de la Fundación Cravotto en 2008.
Sobre lo que sucede a nivel mundial, Cebey resumió: «Las casas museo, en general, operan con un archivo que tiene otra condición. Están puestos en determinados lugares y organizados como archivos. Este es una especie de archivo museo, y es una diferencia con otras casas museos».
A la vez que el archivo representa un valor agregado de la propiedad, también implica un desafío, ya que convivirán distintas actividades en un solo lugar: en la planta baja funcionará el archivo, el primer piso podrá recorrerse como casa museo y los últimos dos pisos serán utilizados por estudiantes del Grupo de Viaje.
Barrio exclusivo
Hace más de seis años que Torterolo y Cebey están trabajando en el acervo de la Casa Cravotto mediante extensiones horarias o proyectos. Al indagar sobre qué han ido encontrando, ambas respondieron: «¡De todo!». Y explicaron «el archivo conserva toda la documentación desde el inicio de la trayectoria de las dos generaciones». La lista incluye documentos de principio del 1900 en distintos soportes: planos, fotografías, notas, maquetas, etcétera. También hay primeras ediciones de textos clásicos de arquitectura y libros con anotaciones realizadas por los arquitectos.
Señalando un gran tubo, Cesio agregó que se conservaba enrollado hasta el plano correspondiente al concurso Gran Premio de la Facultad que ganó Mauricio y le permitió viajar a Europa y Estados Unidos. Explicó que «en el mundo no debe haber muchos mapas conservados de esa dimensión y dibujados a mano». De ese viaje, que comenzó en 1918 y duró aproximadamente dos años, también aparecieron algunas de las cartas que el arquitecto intercambiaba con su familia.
Cesio reflexionó: «el gran valor es que el acervo está completo; es decir, tiene planos, fotos, biblioteca, está todo y en un mismo lugar. Nosotros en el IH tenemos muchas donaciones de arquitectos, pero en general, son parciales, son todos los planos o parte de los planos, o planos y algo de la biblioteca, o toda la biblioteca. Es muy difícil tener un archivo tan completo porque la familia va deshaciéndose de cosas».
Pero los tesoros del interior de la casa y la edificación no son lo único interesante de la propiedad para Facultad. También su ubicación, ya que se encuentra frente (puente mediante) al Museo Casa Vilamajó. Está a metros de la casa que se construyó otro de los referentes de la arquitectura nacional, Julio Vilamajó, y cuya vivienda hoy es gestionada como museo casa por la FADU. Ambos arquitectos integran las primeras generaciones de egresados de la Facultad de Arquitectura, y fueron formadores de generaciones más jóvenes.
Cesio detalló que cuando la Facultad decide hacerse cargo y comprar la Casa Cravotto, tenía claro que enfrente había «un par». «Esto de tener una casa en frente a la otra tampoco es común en el mundo. Eso es un valor que las autoridades de FADU vieron». Además, al lado del Museo Casa Vilamajó se encuentra la Casa Centenario, donde funciona el Centro de Posgrados de FADU, de manera que se forma «un nodo social y cultural que excede a la Facultad misma».
La idea es que con el tiempo ambas casas museos formen parte de un circuito cultural único. Casas de dos profesionales que, si bien compartieron la pasión por la arquitectura y el barrio, hay quienes dicen que no se llevaban bien.
Más allá de los planes diseñados, por el momento, la Casa Cravotto no puede empezar a recibir visitantes. Por ahora se restauró la planta baja de la casa, y por estos días se comenzará a cambiar la eléctrica de toda la propiedad. Los pisos superiores irán siendo mejorados a medida en que surjan los recursos y con fondos del propio Grupo de Viaje. Mientras tanto unos pocos privilegiados van encontrando los tesoros en una gran búsqueda.