En la tarde de ayer, el arquitecto paraguayo Solano Benítez llevó a cabo la segunda conferencia del Seminario Montevideo “existenzmaximum”, en la que profundizó sobre las relaciones entre la arquitectura, el hombre y sus procesos dentro del ámbito latinoamericano.
Durante la conferencia narró los vínculos entre su producción arquitectónica y la del Ing. Eladio Dieste, en quien descubrió sobre todo la enseñanza de la nueva modalidad de emplear la cerámica, trabajando con la inercia y el ladrillo de forma estructural.
Sus obras evidenciaron la exploración con la cerámica, la imagen, la luz y el espacio. El Gabinete de Arquitectura, su taller en las afueras de Asunción, denota en su fachada esta búsqueda definida por la economía de recursos; una obra de ladrillos armados colocados de canto, más allá de un patio que articula lo público y lo doméstico.
La Casa Esmeraldina a través de su falsa fachada de 9 metros de cerámica armada plegada controla el pasaje de luz y calor al interior. La Casa “Abu y Font” se conforma desde su planta libre lograda por dos vigas Vierendeel y cerramientos pivotantes que extreman la flexibilidad de usos y la continuidad entre el espacio interior y el exterior.
Fueron expuestos también la Casa Central de Unilever, el Edificio de Jubilados Bancarios en Asunción, la Casa Aliesa y Teletón Paraguay.
Benitez, desde una particular y seductora exposición, vincula de forma expresa y a través de guiños sutiles, la condición latinoamericana contemporánea, la geografía, el clima y las lenguas del Paraguay, con aspectos profundos de la disciplina que van desde el aprendizaje a partir del oficio de construir, la insistente vocación exploratoria o las tácticas de la poética y lo trascendente.
4 vigas, la tumba para el padre del arquitecto, sirvió como última pausa en el repertorio de obras mostradas; un recinto enigmático que se implanta en la sublime atmósfera del bosque, se recorta en el paisaje, multiplica la presencia y confunde el tiempo.