Se comunica con hondo pesar que el día 27 de octubre de 2011 falleció Justino Serralta, destacado arquitecto y profesor de nuestra Facultad.
A solicitud de la institución, el Profesor Jorge Nudelman ha escrito unas líneas en su recuerdo:
Justino Serralta, “arquitecto de comunidades”1
1919-2011
Nacido un 30 de agosto de 1919 en Melo, y muerto hoy, jueves 27 de octubre en Francia, donde vivía desde el golpe de estado, el “pelado” Serralta fue arquitecto, urbanista, artista maravilloso y poeta de la ciencia.
Su biografía es fértil. Fue alumno de Julio Vilamajó, y en 1947, ya recibido, se embarca con el grupo de viaje a Europa, y en París se enrola en el taller de Le Corbusier. Allí trabajó en la Unidad de Habitación de Marsella, y dibujó con su amigo André Maissonier la versión definitiva del Modulor, que su maestro reconoció generosamente en Modulor 2, publicado en 1955, cuando Serralta ya había vuelto a Uruguay.
Asociado con Carlos Clémot, que también estaba haciendo una pasantía con Le Corbusier, hicieron una serie de obras poderosas: el edificio Maspons, en Uruguay y Andes, sereno y geométrico en su exterior, tumultuoso y complejo en sus interiores organizados a medios niveles; el colegio La Mennais, con Eladio Dieste, también riguroso en su geometría y rico en sus espacios; la casa Acosta y Lara en el Prado, un ejercicio sobre el patio donde puede apreciarse el estudio de la arquitectura de Mies van der Rohe, y otras.
Su herencia arquitectónica se completa con el proyecto más ambicioso: el Hogar Estudiantil Universitario, ganado en un concurso de 1959, hoy Facultad de Ciencias. Una obra signada por la crisis económica que castigó en los sesenta, y cuya escultórica estructura se mostraba perfectamente situada en la loma de Malvín Norte cuando era avistada desde Avenida Italia. Algo alterada en los noventa, sigue siendo un edificio magnífico, y el gimnasio, nunca terminado, debería ser completado con el mayor de los respetos por el proyecto original: un merecido homenaje a los autores. Su techo, un plegado de hormigón armado, es casi un milagro, levitando y desafiando todas las leyes de la física. En él participó, obviamente, Eladio Dieste, viejo amigo y socio ocasional de Serralta y Clémot.
Su proyecto más querido fue, sin duda, el sistema de ordenamiento del universo entero hecho en base al Unitor, derivado –y esto es una síntesis insuficiente- de sus investigaciones con Le Corbusier y de la lectura de Teilhard de Chardin. En él, Ciencia, Arte, Política, todo termina por disponerse arquitectónicamente.
El origen, quizás reencontrado.
Jorge Nudelman