Declaración del Consejo de la Facultad de Arquitectura

Respecto a la propuesta presupuestal para la UdelaR

 

Declaración del Consejo de la Facultad de Arquitectura del 6 de octubre de 2010 

Ante la manifiesta discrepancia entre la propuesta presupuestal del poder Ejecutivo y la formulada por la Universidad de la República, el Consejo de la Facultad de Arquitectura expresa: 

La Universidad de la República es un componente esencial de la sociedad uruguaya:  ha sido la herramienta que ésta se ha dado, a lo largo de toda su historia, para atender múltiples y profundas responsabilidades. Es una institución que el pueblo uruguayo ha querido y respetado desde siempre; de la que se ha enorgullecido una y otra vez; en la cual ha confiado para asegurar los niveles más altos de formación e investigación, y la profundización de los valores ciudadanos.  

Desde estas consideraciones, este Consejo subraya que la Universidad no reclama presupuesto, sino que PROPONE ideas y programas. Para avanzar en aquello que ya ha iniciado; desde mucho antes de que alguien desde fuera de la Universidad pensara en ello: perfeccionando la actividad académica en sus dimensiones de enseñanza, investigación y extensión; posibilitando a los sectores de más bajos recursos el acceso a los más altos niveles de formación; corrigiendo inequidades geográficas; mejorando la infraestructura; ampliando la oferta educativa. Y lo ha hecho -en medio de las más graves condiciones de falta de recursos a la que fue sometida por quienes abonaron un discurso destructivo que vino a justificar el mismo abandono que se propiciaba- a partir del más intenso compromiso de todos sus trabajadores -docentes y funcionarios- y estudiantes.  

La propuesta programática universitaria surge de un meditado proceso que pretende equilibrar  posibilidades y necesidades, para continuar desarrollando los procesos iniciados  mediante el presupuesto asignado durante el período previo. Procesos iniciados, pero que deben consolidarse contando con  recursos acordes. La propuesta universitaria mantiene estrictamente las pautas que se aprobaron en el presupuesto actualmente vigente. La propuesta del Poder Ejecutivo pone en crisis los avances iniciados en cuanto a las aperturas al interior, generación de nuevas carreras, así como el desarrollo de las actividades esenciales de investigación, docencia, extensión y gestión de recursos; dando cumplimiento a los objetivos centrales de la Universidad que coinciden con fuertes expectativas de la sociedad.  

El planteo del Poder Ejecutivo, al introducir actores externos en la gestión de los recursos asignados a la Universidad, instaura una injustificada -e inaudita- desconfianza en los procedimientos universitarios; y plantea  una lesión a la autonomía universitaria, un principio esencial de su historia que asegura la insoslayable independencia de criterio que debe reclamarse al instituto universitario. 

La Universidad no reclama presupuesto, PROPONE. Propone programas, y el valor de esos programas, a la sociedad. Propone no para mejorar su condición desde una mirada aislada de la realidad sino precisamente, todo lo contrario; por saberse feliz y consciente portadora de una de las principales responsabilidades en cuanto al avance cultural, a la integración social, al desarrollo productivo y la construcción de la democracia.