El Dibujo Habitado

Presentación de publicación + exposición

FADU | Espacio ex-cabina + Biblioteca

Patio extiende invitación a la exposición y presentación de la publicación «El Dibujo Habitado» de Soledad Patiño Roquero.

La exposición podrá visitarse del 27 mayo al 06 de junio en el espacio ex cabina, mientras que la presentación se llevará a cabo en la Biblioteca de FADU el 03 de junio a las 18:30hs.

Presentadoras: Dra. Laura Musto, Dra. Paula Pouso, Arq. Carina Strata
Con la Participación especial de la Directora de la EMAD: Mag. Laura Pouso

Curadora de la muestra: Paula Galíndez


Sobre El Dibujo Habitado

El cuadro exhibido forma parte de un proceso que comenzó en 2019, a partir de «El dibujo encontrado» en un Taller. Ese hallazgo desencadenó una serie de preguntas que dieron paso a una deriva autorreflexiva en busca de respuestas, que culminó en 2021 con la tesis de Maestría en Arquitectura, en FADU, Udelar, titulada «El Dibujo Habitado.»

Ese trabajo supuso sólo el cierre provisorio de un proceso creativo, que continuó desarrollándose por lo bajo de modo inexorable, como un rizoma y que tiempo después tomó forma en un libro de divulgación. Un ensayo que busca compartir con un público amplio y diverso lo investigado y reflexionado desde un ámbito académico. Que gira en torno a un dibujo, hecho a mano, que parece limitarse a ilustrar una casa, pero contiene un sentido múltiple, sintetizado en una imagen plana. Un dibujo que configura un espacio relacional donde lo dicotómico no tiene cabida, pues en él lo impensable se vuelve posible, y lo inverosímil desde fuera resulta verdadero para quien lo habita.

El libro narra un proceso de búsqueda, un modo particular de hacer, pensar, investigar y crear. Que nos lleva nuevamente al Taller, en 2025, para realizar un cuadro que exhiba «El dibujo encontrado», en otro ejercicio de extrañamiento, que lo desplaza del ámbito íntimo, en que fue hecho, a uno público, sacándolo de su contexto para posibilitar el encuentro entre ambos.

El cuadro es algo más que el dibujo enmarcado, es el dibujar contenido en él, que reclama su lugar. Un cuadro que no se parece a un cuadro, y que al igual que libro, funciona como un dispositivo de mediación que busca conectar y «crear parentesco», entre prácticas, cosas, humanos y no humanos.

Fue proyectado y construido con nuestras cuatro manos, y resume la búsqueda compartida de dos cuerpos dispuestos, «implicados» en un hacer. Su diseño y construcción fue motivado por la presentación del libro, ambos dialogan y se retroalimentan entre sí.

Está hecho de cartón, papel, cola, pintura, espuma y fibras, materiales comunes. Formado por palabras y dibujos, no necesita apoyarse en ninguna pared, porque lo que está detrás también es un delante Tiene dos caras, puedes darle la vuelta y mirarlo desde distintos puntos de vista.

Su «face» solar es policroma y está llena de arrugas: huellas de un proceso, de un tiempo. Por momentos su piel se desgrana, no es una superficie pulida, ni pretende serlo. En ella puede verse los trazos de un cuerpo al dibujar: sus conflictos, frustraciones, idas y vueltas; pero también sus anhelos, sus descubrimientos y su imaginación.

Su «face» lunar, está configurada por filas de palabras que se repiten cíclicamente. Algunas brillan con más fuerza y forman una constelación. Junto a las mirillas, titilan para que te acerques y mires en su interior. Para que una vez allí, si así lo quieres, imagines que une al dibujo con el libro, a estas palabras nombradas y las imágenes escondidas.